Últimamente estuve prestando atención a cuánto me pesa el miedo a equivocarme cuando tengo que decidir algo. No importa si la decisión es grande o chiquita: aparece esa sensación de que, si elijo mal, voy a perder algo, voy a arruinar algo o me voy a arrepentir. Es un miedo viejo, conocido, que aprendí y que no le encuentro explicación.
Y cuando ese miedo está, decidir se vuelve re pesado. Mi cabeza me da mil vueltas, mi cuerpo se empieza a tensar, y todo lo que antes veía clarito de repente se vuelve todo confuso. Y ahí ya no puedo decidir: lo dejo para después, como si esperar me fuera a dar una garantía de algo.
Me di cuenta de que ese miedo no tiene tanto que ver con la decisión en sí, sino con lo que creo que puede pasar después. Me asusta fallarme. Me asusta elegir algo y que no funcione. Me asusta mirar atrás y decir “¿para qué hice esto?”.
Pero cuando lo miro un poco más de cerca, entiendo que ese miedo aparece porque estoy creciendo. Porque estoy saliendo de lugares que conocía. Porque estoy dejando cosas que ya no me representan. Y porque estoy empezando a escuchar más lo que necesito ahora.
El miedo a equivocarme empieza a desaparecer cuando me hablo distinto, cuando me trato mejor, cuando trato de ver la situación desde otro punto de vista. Cuando dejo de exigirme garantías y me permito elegir desde lo que siento hoy, sin tener que adivinar el futuro.
Y ahí aparece algo hermoso: tomar una decisión no me pesa tanto. Capaz no es perfecta, pero la tomé desde mí, desde lo que soy hoy, con el miedo ahí y todo.
Me doy cuenta de que equivocarme no tiene nada malo. Es parte del camino. Y cada vez que me lo permito, aprendo algo que antes no sabía. Y es mejor equivocarme que quedarme paralizada por el miedo.
Y cuando miro las cosas desde este lugar, aparece una tranquilidad que no tenía antes: la tranquilidad de saber que puedo acompañarme incluso si algo no sale como imaginaba.
Creo que, en el fondo, decidir es un acto de confianza hacia mí misma, aunque siga teniendo miedo.💛
Si sentís que te pasa algo parecido y querés trabajarlo con más profundidad, en las sesiones de coaching ontológico podemos verlo juntas, con calma y sin apuro. Acá abajo te dejo el link, por si sentís que es tu momento.