Hay momentos en la vida en los que todo parece estar en pausa. Quizás sentís que estás en un lugar que ya no te llena, pero al mismo tiempo no sabés hacia dónde moverte. Entre el miedo y la incertidumbre, sentís que tu corazón te pide un cambio, algo que te saque de lo conocido. Ahí, en ese instante, aparece la energía de El Loco.
El Loco no es solo el inicio de un camino. Es el símbolo del coraje que necesitás para dar ese primer paso. Representa la chispa de valentía que enciende algo dentro tuyo, impulsándote a soltar lo que ya no resuena para abrirte a algo nuevo. Pero ¿cuántas veces postergamos ese salto por miedo al fracaso? ¿Cuántas oportunidades dejamos pasar porque preferimos quedarnos en lo "seguro"?
Es normal sentir miedo ante lo desconocido. Todos lo sentimos. Pero El Loco nos invita a mirar ese miedo desde otro lugar: ¿es realmente miedo o es una señal de que estás al borde de algo grande? Porque cuando nos animamos a dar ese paso, la vida empieza a moverse a nuestro favor. Las posibilidades que antes no veíamos comienzan a revelarse.
Claro, esto no significa actuar sin pensar. No se trata de lanzarse sin medir las consecuencias, sino de escuchar esa voz interna que nos empuja hacia adelante. Esa voz que te dice: "Confiá, el momento es ahora". El Loco no te pide certezas; te pide confianza, curiosidad, y la capacidad de mirar la vida como un campo abierto lleno de potencial.
¿Y si este salto de fe es exactamente lo que necesitás para salir del lugar donde estás? Pensá en esos momentos en los que decidiste apostar por algo nuevo: un trabajo, una relación, un proyecto personal. Tal vez al principio no tenías todas las respuestas, pero algo dentro tuyo sabía que era el camino correcto. Así funciona la energía de El Loco: te impulsa a avanzar, aunque no veas claramente lo que hay al final del camino.
Recordá que lo importante no es evitar los errores, sino aprender de ellos. Porque, al final, no es el salto lo que nos da miedo; es la posibilidad de equivocarnos. Pero El Loco nos enseña que los errores son parte del viaje, y que cada tropiezo nos acerca más a la versión de nosotros mismos que queremos ser.
Permitite confiar, permitite dar ese salto. La vida no te va a dar todas las certezas, pero siempre te va a dar oportunidades.
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